En principio íbamos a centrar esta entrada en el puente Romano, situado en la parte central del pueblo y que actualmente divide el caso antiguo de la zona más moderna, sin embargo hemos querido también hacer mención a otros dos puentes más que se encuentran en la población de Alcalá. Estamos hablando del puente de madera y el puente de Tolosa, que evidentemente ni tienen la historia y la magnificencia que el puente romano, pero que suponen dos hermosos lugares donde ir a relajarse, a observar el río y su entorno, a pescar, a disfrutar de la naturaleza y por ello hemos querido darles su importancia.
EL PUENTE ROMANO.
Hay algunos autores que defienden que este puente, al igual que otros muchos en España, no es realmente romano, puesto que no cumple con una serie de requisitos arquitectónicos y estilísticos propios del estilo romano, debido a la falta de material histórico que consiga aportar luz al asunto, ha sido denominado puente romano y a través de los años así se ha seguido transmitiendo.
Durante los siglos XIV y XV, el Puente Romano cobró gran importancia, convirtiéndose en puerto seco o aduana del denominado Camino Real de Castilla a Levante. El río Júcar forzó en distintas fechas su restauración. La más reciente de ellas tuvo lugar en el año 1990, sustituyendo la albardilla deteriorada por la erosión y pavimentación a base de piedra natural de Alcalá por los talleres de albañilería y cantería de la Escuela Taller I.
PUENTE DE MADERA
No tiene ningún valor artístico ni histórico, se trata de un pequeño puente muy sencillo construido fundamentalmente en madera y que sirve como lugar de paso a ambos lados del río y constituye un bonito espacio retirado del núcleo principal, donde se respira tranquilidad y naturaleza, lugar que aprovecha mucha gente para sentarse a relajarse, a leer un libro, a tomar un tentempié o a pescar entre otras muchas cosas.
Supone otra bonita imagen del pueblo.
PUENTE DE TOLOSA.
Siguiendo el curso del río Júcar, sus aguas nos van llevando a una zona de rincones y lugares con mucho encanto y que nos ofrecen muchas posibilidades para el turismo activo y rural. A unos 5 km de Alcalá del Júcar, encontramos una de las pedanías más bonitas, la pequeña aldea de Tolosa.
Cuenta con unas preciosas aguas tranquilas, rodeadas de naturaleza y suele ser aprovechada para el turismo rural, el deporte, las actividades de aventura, piragua, barcas, rutas a caballo, pesca y demás. Un lugar perfecto para una escapada tranquila donde desconectar por completo del ruido y del estrés diario.
Esta zona es perfecta para disfrutar de la naturaleza, el deporte y la aventura, por lo que podremos aprovechar y dar paseos fluviales en piraguas, barcas y otras embarcaciones; realizar pesca deportiva en lugares permitidos, y darnos un chapuzón refrescante si lo deseamos, todo en un entorno tranquilo. Sus vistas son espectaculares en plena naturaleza rodeados de pinos, olivos, romero… de una vegetación autóctona.
Tolosa es la única de las pedanías de Alcalá del Júcar, bañada por el río Júcar, esta población debe su nombre y muy probablemente su origen a las actividades de batanería que la familia Tolosa, desempeñaba, en la ribera del río, en el siglo XVIII y más concretamente al batán de Juan Tolosa.
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